153 años de la muerte de ‘La pantera del Sur’, el Ex Presidente de la República Juan Álvarez Benítez

Juan Álvarez Benítez, nació el 27 de enero de 1790, en un pueblo de Santa María de la Concepción Atoyac, Guerrero y murió un 27 de agosto, pero de 1867 en la Ciudad de México.

Fue hijo de Antonio Álvarez y Rafaela Hurtado que lo enviaron a estudiar al colegio de Ignacio Avilés, en la ciudad de México.

A la muerte de sus padres, siendo apenas adolescente, tuvo que regresar a su pueblo nativo, para recibir su herencia, que, era de considerable magnitud y de la cual fue despojado por su tutor.

En noviembre de 1810, siendo apenas un adolescente, sentó plaza como soldado raso, en las filas del ejército insurgente de Morelos y por su carácter fuerte e indómito ascendió pronto a sargento.

Antes de terminar el año de 1810, recibió un balazo que le atravesó las piernas. Fue ascendido a comandante del Regimiento de Guadalupe.

Participó en el combate de Aguacatillo, de Tres Palos, Arroyo del Moledor y Tonaltepec, combatió también en La Sábana y obtuvo el grado de capitán. Antes de terminar el año de 1810, recibió un balazo que le atravesó las piernas. Fue ascendido a comandante del Regimiento de Guadalupe. Con Don Hermenegildo Galeana asistió al asalto de la plaza de Tixtla, saliendo otra vez herido y consiguiendo está vez el grado de coronel.

En 1813 fortificó el Cerro del Veladero, del que se hizo cargo hasta 1814, en que fue batido por Armijo en Pie de la Cuesta.

Fue coronel y comandante militar de Zacatlán. Desde el 11 de agosto de 1819, libró 12 nuevas acciones de guerra, haciendo retroceder al enemigo hasta la plaza de Acapulco. En 1821, se encontraba Álvarez en Iguala, cuando se proclamó la Independencia de México. Le fue encomendada la capitulación de Acapulco, peleó con éxito al recibir de los realistas el puerto de Acapulco, del que fue nombrado comandante general.

Secundó el movimiento revolucionario de Guerrero y Bustamante, quienes desconocieron a la autoridad imperial de Iturbide. En 1828, sin rencor para los españoles, se opuso a la expulsión de ellos y fue su protector dando amparo a cuantos lo solicitaron. Proclamó el Plan de Jalapa, en 1830.

Álvarez se unió a Guerrero y Bustamante (en la imagen), quienes desconocieron a la autoridad imperial de Iturbide.

Combatió la intervención francesa en la Guerra de los Pasteles y a los Estados Unidos en la guerra de 1847, en la que tuvo una dudosa actuación, concretamente en la Batalla del Molino del Rey. Se caracterizaba por ser un cacique liberal con un poder regional tan importante que en 1849 impulsó la creación del Estado de Guerrero, del cual fue nombrado gobernador interino, y en 1850 triunfó en las primeras elecciones para convertirse en gobernador constitucional.

En 1854 proclamó el Plan de Ayutla, que pondría fin a la dictadura de Santa Anna.

Álvarez fue un férreo defensor de Juárez y luchó por él y su causa.

Fue elegido presidente en 1855, aunque renunció al cargo ese mismo año por problemas de salud, durante ese periodo, convocó al Congreso que dos años después promulgaría la Constitución de 1857; promulgó la Ley de Juárez, que suprimía los tribunales especiales y modificaba el sistema de fueros. Nuevamente luchó junto al presidente Benito Juárez, ante la intervención francesa de 1861.

Murió el 27 de agosto de 1867 en la Ciudad de México. Sus contemporáneos lo llamaban ‘La pantera del Sur’.

Sus restos fueron trasladados con honores a la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México el 25 de diciembre de 1922.

Con información de buscador