Comparten sus experiencias y proyectos becarios del programa SONDA. Plataforma de Proyectos Fotográficos 2020

Participan en este Conversatorio los jóvenes creadores Verónica Mar, Óscar Morgan, Víctor Emilio Estrada Tello y Jesús Ángel Rosas Álvarez

Monterrey, Nuevo León. Los becarios del programa SONDA. Plataforma de Proyectos Fotográficos 2020 de CONARTE compartieron sus experiencias, procesos creativos y proyectos en una serie de conversatorios realizados en el Laboratorio Cultural Ciudadano LABNL de CONARTE.

Anoche participaron los jóvenes creadores Verónica Mar, Óscar Morgan, Víctor Emilio Estrada Tello y Jesús Ángel Rosas Álvarez

SONDA. Plataforma de Proyectos Fotográficos 2020 es un espacio para la reflexión y experimentación de la cultura visual a través de talleres, prácticas de producción, charlas, sesiones de crítica y mentoría para abordar la imagen.

La bienvenida a esta actividad la dio Joaquín Garzafox, Coordinador de la Fototeca Nuevo León del Centro de las Artes, quien dijo que Sonda. Plataforma de Proyectos Fotográficos 2020 es un programa pedagógico de primer orden, en el que participan especialistas de la fotografía de gran nivel.

“Y la idea es abordar la fotografía y la transdisciplina, en estos conversatorios, donde hay la oportunidad de dialogar alrededor del fotografía y la imagen y de estos pasos que toma la fotografía contemporánea que tiene mucho que ver con la reflexiones filosóficas y sociológicas”, expresó.

Trascendente programa de pedagogía

“SONDA es un programa de pedagogía sobre la imagen, donde se piensa la imagen, cómo se produce, pero siempre desde un punto de vista crítico y desde la diversidad”, explicó el artista, curador y docente Marcel del Castillo, Coordinador de Contenidos del Programa Sonda.

“Es un programa que dura entre seis y ocho meses, en el que son invitados diversos especialistas, desde la psicología, estudios sobre la imagen, la fotografía, el video, el sonido y la tecnología para abordar la producción en el arte contemporáneo, partiendo siempre de la imagen”, expresó.

“El programa apunta hacia eso. Tiene una primera intención que es como una suerte de desprogramación, porque va a contravía de muchos programas de formación en el campo del arte. Se coloca crítico frente a los modos de hacer, los cuestiona, los critica, busca nuevos modos de hacer y de pensar frente al arte”, señaló.

SONDA. Plataforma de Proyectos Fotográficos 2020 de CONARTE es un espacio para la reflexión y experimentación de la cultura visual a través de talleres, prácticas de producción, charlas, sesiones de crítica y mentoría para abordar la imagen

Hablan los becarios

Verónica Mar

Nombre del proyecto: Autoiconolatría.

Nace de la conjunción de autolatría (adoración a uno mismo) e iconolatría (adoración a los íconos o imágenes religiosas) resultando en la “adoración a la imagen de uno mismo”. Partiendo de la necesidad de convertirme en una especie de ícono o ídolo, que surgió como un mecanismo de supervivencia para ayudarme a mí misma a salir de la depresión, después se transformó en la necesidad de serlo para la gente. Descubro que esto no es más que otra forma de defensa y ahora, en la era de las redes y la fragilización social, de huir de mis inseguridades y miedos, para encontrar un público que, aunque sea de forma inmediata, pasajera y superficial, me acompañe, me escuche, me necesite, me consuma, que me salve de la idea de la muerte y que no me permita caer en el olvido y la soledad.

Autoiconolatría representa mi esfuerzo más honesto, transparente y profundo hasta ahora como artista y como persona, pues parte de un ejercicio de autocrítica e introspección que a su vez es reflejo de un fenómeno que se presenta con mayor cotidianidad en nuestro contexto.

Oscar Morgan

Proyecto: El que nunca fue él

Descubrí que tengo cierta sensibilidad por conservar objetos a través del tiempo, esto aunado a la relación que tengo con el desprendimiento. Me ha sido más fácil el desaprenderme de una persona que el hecho de no seguir conservando un objeto, sería un dolor o un luto el perderlo y jamás volver a tenerlo.

Esta similitud la relacione con un integrante de mi familia, una persona que fue parte de mi crianza  y que de cierta forma soy un reflejo de él.

Al indagar en la historia de mi familia encontré que esa persona había perdido su rostro durante las últimas décadas, encontré una ausencia de él en el archivo familiar. Él una persona que ha vivido su vida desde una postura en solitario en un acervo de nostalgia y privacidad logra borrar su archivo fotográfico para no ser recordado como la persona que nunca quiso ser. Sé que un día morirá y su rostro será olvidado, tal vez no será recordado por su imagen pero será preservado a través de sus objetos, de los tesoros y creaciones que han cruzado anécdotas de una vida llena de recuerdos, recuerdos de un pasado que lo hacían vivir.

Víctor Emilio Estrada Tello

Proyecto: “De mis memorias: Mis abuelos”.

Sinopsis – “Un álbum fotográfico en donde muestro cómo observo las pequeñas vivencias que tienen mis abuelos.”

Al haber identificado una separación emocional de mi parte, empecé a tener muchos cuestionamientos sobre mi relación con mi familia. Empecé a observarlos con una cierta distancia y en su momento tuve una inquietud por fotografiar específicamente a mis abuelos. Poco a poco esa separación se ha ido reduciendo, ayudándome también a resolver esas dudas que tenía y al mismo tiempo, al estar conviviendo con ellos de esa manera, he ido encontrando también una conexión la cual no sentía.

Jesús Ángel Rosas Álvarez

Proyecto “¿Qué nos vamos a reinventar hoy para seguir sobreviviendo?”

La situación que la población LGBTTTIQ+ vive en nuestro país es menos precaria que hace unos diez o veinte años, pero está muy lejos de ser la ideal. El proyecto “¿Qué nos vamos a reinventar hoy para seguir sobreviviendo?” aborda la problemática de la lucha por la reivindicación de los Derechos Humanos, la cual está plagada de retrocesos y se alimenta, poco a poco, de pequeñas victorias. Nuestra dignidad sigue siendo cuestionada en todo momento y hasta los líderes políticos más progresistas piensan que nuestros derechos deberían someterse a votación.

En un mundo en el que la LGTBIQfobia crece a pasos agigantados, que cada día aumenta la violencia y no pasa nada, en que los medios blanquean el odio. Tenemos que hacernos visibles, es hora de contar nuestras historias, que la gente sepa que la LGTBIQfobia es una realidad. Y ojalá podamos luchar porque los jóvenes sean educados con más empatía para que abandonen ese odio, el miedo que los provoca y que en los colegios se fomente el crecer en diversidad y que un día las escuelas sean un lugar seguro para los niños y niñas, y puedan ser quien quieran ser.

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