Breve historia de la ciencia española

Por: Ernesto Israel López del Campo

Leoncio López Ocón Cabrera es un historiador ilustre que ha realizado aportaciones realizadas a la investigación de España estudio la carrera de historiador en la Universidad Complutense de Madrid, también realizo una maestría en historia Andina en  la sede de Quito  de Flacso, es investigador  del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, también se desempeña  como jefe del departamento de Historia de la Ciencia,  es destacado por la obra redacta ‘Breve historia  de la ciencia española’ por las aportaciones que realiza en la investigación también; tiene otra obra  sobre Reglas y consejos sobre investigación científica de Santiago Ramón y Cajal (Gadir 2005, 1ª ed.; 2016 3ª ed.), demostrando tener una gran capacidad de historiador al elaborar importantes proyectos educativos y científicos.

La historia de la ciencia española la conformaron científicos ilustres, que aportaron avances para la física, química y matemáticas en Europa, la propaganda de la leyenda negra difunde un mito de que el imperio español no era desarrollado científicamente, pero en la actual obra determina y detallada los grandes inventos de los científicos, son poco reconocido, el  imperio español   estableció grandes avances científicos  como lo reconoce Alexander Von Humboldt en la obra ‘Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España’ de la aportación educativa  y  científica en la universidad de la Nueva España, uno de los científicos alemanes más ilustres que rondo por los virreinatos  más importantes del imperio.

Carlos I

“Desde finales del reinado de Carlos III y durante el de Carlos IV, el estudio de las ciencias naturales ha hecho grandes progresos no solo en México, sino también en todas las colonias españolas. Ningún gobierno europeo ha sacrificado sumas más considerables que el español, para fomentar el conocimiento de los vegetales.” (Humboldt, 1804: 80,)

El monarca más relevante Felipe II, estructuró un proyecto visionario de la ciencia y política, desarrollando tecnología que estaba a la par del resto de Europa; fue la piedra angular para  la historia  donde se construyó el jardín de Aranjuez por el arquitecto Juan Bautista de Toledo y los jardineros  Jerónimo Algora y el flamenco Juan Holbeque, concurrieron destacados ingenieros, botánicos, artistas como Luis de la Vega, Alonso de Covarrubias  y Rodrigo de Gil de Hontañón procedentes  de España e Italia; o catedráticos procedentes de la Universidad  de Alcalá al servicio del rey como el geógrafo y el matemático Pedro de Esquivel. Fue una de las obras más fundamentales para el monarca dado que ahí se construyó una biblioteca, hospital y un laboratorio de alquimia como también se convirtió en un lugar de difusión de filosofía procedente de la tradición grecolatina.

“Por una parte, ese Real Sitio fue un lugar de estudio y recogimiento del monarca, quien se recluyó en él para cultivar sus aficiones entre ellas la cosmografía y la astronomía. La gran bóveda de la sala principal que alberga la biblioteca está decorada con motivos alegóricos que hacen referencia a estos saberes. La organización de la biblioteca se debió al gran humanista Benito Arias Montano, quien siguiendo un proyecto de Juan Páez de Castro dividió el fondo bibliográfico por lenguas y lo ordenó en 64 materias, 21 de las cuales eran científicas, desde la Mathematica in genere a la Agricultura.”  (Leoncio López Ocón Cabrera,2003: 74)

Felipe II promovió las enseñanzas de las matemáticas y artes de arquitectura,  sabía  tenía que estructurar un proyecto educativo por los atrasos que había en las distintas áreas científicas inspirándose de lo que estaba estipulado en Portugal en 1581, quería para el imperio español  para toda la sociedad que conformaba el imperio dando importante encomienda al arquitecto  Juan de Herrera fue coordinador de la política científica y técnica del monarca elaborando los cursos y de lectura que deberían de impartir.

Colegio Imperial de Madrid

“El primer profesor contratado fue Juan Bautista Lavaña (Lisboa,1555 Madrid, 1624), un joven cosmógrafo portugués que, al igual que se venía haciendo en la Casa de Contratación desde hacía tres décadas, explicaba en castellano temas relacionados con la cosmografía. Lavaña comenzaba así una dilatada trayectoria al servicio de los monarcas españoles, convirtiéndose  en uno de los principales protagonistas de la ciencia de los países ibéricos entre 1583 y 1624, periodo en el que España y Portugal constituyeron una unidad política. El portugués tuvo como ayudante a Pedro Ambrosio de Ondéris, al que se le vinculo durante un corto lapso de tiempo el especialista en ingeniería militar Cristóbal de Rojas.” (Leoncio López Ocón Cabrera,2003: 96)

Los desarrollos académicos de los científicos ilustres Juan Caramuel y el jesuita José de Zaragoza desarrollaron los Reales Estudios del Colegio Imperial   de Madrid. Con Carlos II se dan las nuevas corrientes científicas que desde el siglo XVII el introductor a la nueva época de la nueva ciencia española se debe Al último de los de los Habsburgo, también se dieron avances en la filosofía y de historia.

“Carlos II (1665-1700), cuando se produjo la asimilación sistemática de las nuevas corrientes científicas europeas y la decidida ruptura de algunos cultivadores de saberes científicos con los esquemas interpretadores procedentes del mundo clásico. Entonces se tomó conciencia de que la sociedad española había permanecido al margen del nacimiento de la ciencia moderna.” (Leoncio López Ocón Cabrera,2003: 111)

Felipe IV

La importancia de la orden de los jesuitas en la educación del imperio español es primordial para que llegaran a cabo el proyecto educativo estructurado; donde fundaron el primer colegio en Madrid la institución recibió el nombre de Colegio Imperial en 1609.

“Felipe IV y el general de la compañía, Vitelechi, se decidió fundar los Reales Estudios del Colegio Imperial de Madrid. Uno de los objetivos de los estudios era el convertir de los hijos de los nobles en elementos útiles para el buen funcionamiento de la monarquía del que era llamado ‘Rey Planeta’. (Leoncio López Ocón Cabrera,2003: 111)

La ciencia en el imperio español fue tan preponderante para el desarrolló que la ‘leyenda negra obnubila’ los destacados logros de los científicos españoles que están en la historia como que dieron grandes aportaciones para la ciencia en el mundo.

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