De sangre militar (parte 1)

Este inicio del 2022 evidencia que, como país, en lo que respecta a la Seguridad, seguimos detenidos en el tiempo. Siguen asesinando a reporteros, a periodistas; y seguimos hablando de los normalistas de Ayotzinapa, bastión desde el cual, el sábado 5 de febrero, celebraron la Constitución mexicana lanzando un tráiler sin conductor contra una caseta de cobro, que la Guardia Nacional quería evitar que fuera tomada.

Parece que seguimos sin avanzar. Desde que en 2006 Felipe Calderón decidiera lanzarse a una Guerra para entregar el control de las drogas al Cártel de Sinaloa, y que sus amistades y muchos generales recibieran los dividendos económicos de dichas ventas, seguimos metidos en lo mismo. Los mismos cárteles de la droga junto con los mismos generales y personal de las fuerzas armadas, y de la mano de los mismos partidos políticos (que se pasan la estafeta con los puestos de regidores, alcaldes, gobernadores, secretarios de estado y presidente del país), dedicados al saqueo de este México, a los negocios que sigan beneficiando a unos cuantos, unos pocos (en un país de 130 millones de habitantes, menos de 100 familias tiene el 80% de la riqueza),y sumiendo en una esclavitud a su población. Una esclavitud neoliberal: creemos que somos libres, creemos que podemos tener una casa (por el Infonavit, y nos la cobran 30 años), que tenemos poder adquisitivo (salario mínimo, canasta básica, tarjetas de crédito, y nos endeudamos desde los 18 años hasta nuestra muerte).

¿Y qué otra cosa son los estudiantes normalistas de Ayotzinapa sino esclavos obligados a delinquir en pro de un pleito político que ni siquiera tienen claro? ¿Y por qué no lo tienen claro? Bueno, Guillermo Sheridan, como parte de su ficción documental lo ha escrito en: “Paseos por la calle de la amargura” (2018) señala:

“…la orden de enviar a Iguala a los pelones de Ayotzinapa salió de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM)”, “la Organización semiclandestina de carácter nacional, integrada por estudiantes de las escuelas normales rurales de México”. Que según Sheridan fue “fundada el 18 de junio de 1935 en la Central Campesina El Roque, Guanajuato”. ¿Pero quiénes mandan en el FECSM? Acá Sheridan, al puro estilo de los Comenta Noticias de deportes o de espectáculos abandona su crónica, pues no tiene la respuesta. Todo queda en un pequeño chismecillo que ha lanzado.

La guerra en México es interminable. Es permanente. La calma y la paz es apenas una ilusión. ¡Acá manda quien tiene un arma! Como en el viejo oeste. El arma se vuelve igual un: ¡Con quien te llevas que te ayude a que tus culpas se archiven! O con quien no te llevas para que tu expediente crezca, y si resultas incómodo o peligroso, entonces simplemente van por ti. Los medios y los comenta noticias apenas dirán: ¡Lo asesinan rumbo a su trabajo! Como parte de la violencia cotidiana que vive el país, fulano de tal fue asesinado. ¡Hasta dónde vamos a llegar!

A ningún lado, claro está. Porque a nadie le importa la vida de un mexicano más o un mexicano menos.

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