¿Quién mató a Ernesto Elizondo?

Una crónica de uno de los crímenes que consterno a la sociedad matamorense durante la primera mitad del siglo XX

A casi 70 años de uno de los episodios mas negros de Matamoros, el asesinato de Don Ernesto Elizondo quien fuera presidente municipal de Matamoros de 1949 a 1951, al mas puro estilo gansteril sigue presentando muchas incógnitas, y aun al día de hoy, no se sabe con certeza quien fue el autor intelectual del mismo, crimen que ha quedado en la impunidad y va cayendo en el olvido, esto último sería una gran injusticia al hombre que sentó las bases fundacionales del Matamoros contemporáneo.

Don Ernesto Elizondo

Cabe mencionar que Don Ernesto era nativo del Estado de Nuevo de León y que después de una polémica campaña para su elección como presidente municipal por la cual contendió contra Cruz Villarreal, al final lo impuso el Gobernador, cosa similar que sucedería con Juan B. García.

La administración de Don Ernesto Elizondo se caracterizo por una profunda actividad y dinamismo, ya que por increíble que parezca, en tan solo tres años frente al gobierno municipal, se fundó la Junta de Aguas y Drenaje con Don Florentino Cuéllar como su primer Gerente y doto a Matamoros con agua potable y drenaje como la conocemos hoy, así mismo, cooperando con Don Mariano B. Marín Presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales se dio mantenimiento a numerosos inmuebles, se remodelo el Mercado Juárez y se hizo una gran obra de pavimentación y construyó la “cárcel vieja” de la 21 y González, también fue muy destcada la participación de Rubén A. Martínez Gerente de la Compañía Eléctrica de Matamoros y que era parte de la élite económica que trajo grandes beneficios a la ya entonces populosa Matamoros con mas de 100,000 habitantes.

Así mismo, Don Ernesto Elizondo era un hombre de carácter recio y sin rodeos sabía decir si o no, de decisiones firmes y resolución férrea ya que le hizo frente a los dueños de los cabarets de la antigua zona de vicio y hasta les rompió un permiso que les había dado el Gobernador, ya que el había prometido que se debía mover la “Zona Roja” y fielmente cumplió su promesa aun desobedeciendo las órdenes superiores, ya que su deber era cumplir con la población de Matamoros.

Don Florentino Cuéllar Martínez, primer Gerente de la JAD.

No hubo antes tantas obras construidas en Matamoros como en el período Elizondista, no obstante también hubo casos de algunos favoritismos y protección gracias a su influencia de ciertas personas, de lo cual no estuvo exento, aun así, su popularidad y el respaldo de todos los sectores y fuerzas vivas de la ciudad era notable, por lo cual, al terminar su administración contaba con el aprecio de gran parte de la sociedad matamorense.

Normalmente los gobernantes son considerados “buenos” o “malos” dependiendo de la vicisitudes de la economía de la región, en aquellos entonces, la época dorada del algodón hizo que hubiera abundancia de dinero, lo cual se vio reflejado en las obras construidas, no obstante, para esto también tiene que haber voluntad, la cual la tenía de sobra el señor Elizondo.

La imposición de Juan B. García.

Juan Baustista García, Presidente Municipal impuesto por el Gobernador Horacio Terán, fue destituido en mayo de 1953.

Al mas viejo estilo de la “dedocracia” que imperó en México durante los 70 años que duro el Partido Revolucionario Institucional, el Gobernador Lic. Horacio Terán impuso como candidato oficialista a Juan Bautista García, elemento totalmente ajeno y desconocido en Matamoros, lo cual causó un gran revuelo entre la población, muy pronto surgió una oposición muy fuerte contra el candidato impuesto, por su parte, el Lic. Ernesto Urtusástegui, elemento activo dentro de la abogacía en Matamoros al ver el derrotismo de parte de las fuerzas vivas de la ciudad y ante la maquinaria gubernamental decidió fundar el Partido Legalista Matamorense y contender de manera independiente en las elecciones para presidente municipal.

A pesar de la popularidad y respaldo de diversos sectores de la ciudad, el día de las elecciones se presentaron diversas irregularidades…casillas dobles, electores ya fallecidos votaron, destrucción de boletas, cifras de votos alteradas, etc. y sucedió lo que ya se preveía…el triunfo de Juan B. García.

Las irregularidades en las elecciones

A pesar de que se presentaron pruebas contundentes de que Juan B. García ni siquiera era mexicano, había nacido en Roma, Texas y radico gran parte de su vida en Monterrey y su candidatura era inconstitucional pues solo los nativos de Tamaulipas podían contender por los puestos públicos, la decisión del Gobernador Terán se impuso y las apelaciones del Lic. Urtusástegui fueron ignoradas.

Pruebas de que Juan Bautista García era inválido para ostentar el cargo.

Nunca antes o después hubo un Presidente Municipal más odiado en la historia de Matamoros que Juan B. García, prácticamente toda la ciudad lo despreciaba y su administración se caracterizo por los abusos contra la población, el despilfarro de las arcas municipales, su opacidad en el gasto público ya que solo daba excusas para no publicar los cortes de caja en los periódicos locales como antes se estilaba, su descarada protección a personajes detestables, como el tristemente famoso Ing. Luis Carrera mejor conocido como “Trinquetes” el cual era prófugo de la justicia por fraudes arriba de los 100,000 y aun con órdenes de aprehensión en su contra no se lograba su detención, ademas por la protección que también el Colector de Rentas del Estado le brindaba.

Se pedía cárcel para “Trinquetes” Carrera por el fraude de 100,000 pesos.

La arbitrariedad con que se conducía el Administrador de la Aduana que se negaba a dar información a los medios, los descarados contrabandos de automóviles que se hacían al estos ser robados, sacarles documentos aduanales apócrifos y después venderlos a buen precio al interior del país, cosa que es imposible que no pudiera saber Raúl Cristo Lapierre, y como chivos expiatorios usaron a los García Jaramillo, pero de los actores intelectuales, como siempre, quedaron impunes.

O como el jugoso negocio que hizo con la venta de puestos ambulantes en el Mercado Juárez que precisamente en la administración municipal anterior se mandaron quitar…todo con la anuencia de García ya que le generaba onerosas ganancias para él y sus allegados.

También con la actitud nefasta con la que trato a los maestros pagados por el municipio, a los cuales García les negaba sistemáticamente igualarles el sueldo que los maestros pagados por la federación, por lo cual sumaba mas enemigos a su ya impopular gobierno.

Además además el nefasto y odiado liderazgo de los agremiados de la industria algodonera, Emilio Salazar quien al final de cuentas no hizo mas que dividir a los obreros y aferrarse a como diera lugar a su puesto…que de nada le valió pues fue derrocado por un movimiento popular obrero.

Y todo esto que les cuento paso…en apenas 4 meses de gobierno de García, en tan solo 4 meses supo granjearse el odio de campesinos, obreros, empresarios, intelectuales, el magisterio y la población en general.

Uno de los casos mas sonados fue el abuso que se cometió contra la Sra. Juan Ruíz Andrade de Rosales que trabajaba como mesera en un café “Galván” que se encontraba en las calles 10 entre Rayón y Victoria por los Agentes de “Sanidad Municipal” Nicolás Guerra y Raúl Morales alias “Negrete” los cuales, en abuso de su poder la sacaron a la fuerza ante la negativa de salir con ellos, la subieron a una camioneta, la condujeron a un despoblado y la ultrajaron salvajemente, hecho por el cual se alzo la voz en clamor de justicia.

Caso que indigno a la sociedad matamorense y se pedía todo el castigo de rigor a los culpables.
La víctima en un careo con sus agresores en la Agencia del Ministerio Público.

El crimen

Fue una fatídica madrugada del 27 de mayo de 1952 cuando a la altura de las calles Sexta e Hidalgo y abordo de su automóvil armado y custodiado, Don Ernesto Elizondo terminaría siendo acribillado con unas escopetas automáticas calibre 12 acabando con su vida al instante.

Don Ernesto sabía ya que iban a terminar con su vida, por lo cual hizo testamento previamente y se hizo acompañar de personajes que no tenían familia, no obstante, en su atentado, solo él murió.

Los hechos

“De acuerdo con los datos que aisladamente se obtuvieron, los asesinos a bordo de uno o dos automóviles se escondieron junto a la barda que separa el sitio de estacionamiento de automóviles del Drive Inn con el lote baldío ubicado en las calles Quinta e Hidalgo. Al pasar el carro con Don Ernesto los fusiles de los asesinos vomitaron fuero, acribillando el vehículo y matando al señor Elizondo, en tanto que su chófer Francisco Garza Martínez resulto con un rozón en la mejilla izquierda, otro en el mentón, un balazo en la mano izquierda y otro en el antebrazo derecho, milagrosamente salió con vida, pues los proyectiles destrozaron prácticamente el volante. José Ángel Zamarripa, quien viajaba en el asiento trasero resulto totalmente ileso, lo que demuestra que los asesinos enfocaron su puntería sobre el señor Elizondo, quien recibió cinco impactos, uno en la parte media de la frente, dos un poco arriba de la oreja derecha y dos en el brazo del mismo lado. Dos de los proyectiles fueron los únicos que salieron, ambos en la parte izquierda de la frente. El Señor Elizondo, aunque armado, no tuvo tiempo de repelear la agresión y Garza Martínez alcanzó a hacer dos disparos, aunque sin ver a quién, guiándose exclusivamente por el rumbo de los fogonazos de los fusiles, Zamarripa no disparó.”

La Voz de la Frontera, mayo de 1952. Archivo Histórico Municipal, Hemeroteca
El “Sherlock Holmes” matamorense, Valente Quintana vino personalmente a investigar el asesinato de Elizondo.

Las investigaciones

Ya desde antes, se le había advertido a Don Ernesto que si no se resolvía el crimen de Juan Cantú Quiroga ultimado del mismo modo que el Señor Elizondo iba a traer consecuencias, las cuales no les tomo importancia, con este resultado fatídico, antes de que se detuvieran a los culpables, entre la población ya circulaba un fuerte rumor: El asesinato del ex-presidente se conjuro por Juan B. García y que este usó a viejos enemigos del Elizondo para así eliminarlo, a todas luces era un crimen político, naturalmente, con la impopularidad de García es obvio que uno de sus principales detractores y que liderara un grupo importante de las fuerzas vivas fuera precisamente Don Ernesto, aunado a su decisión de haberse enfrentado a los dueños de los centros de vicio durante su administración y mas aun con aspiraciones políticas, Elizondo se había convertido en un oponente que debía ser eliminado a como diera lugar.

Ya se corrían rumores acerca del autor intelectual del magnicidio.

No pasó mucho tiempo antes de que se “esclareciera” el asunto, se arrestaron a los culpables y de inmediato comenzaron las diligencias judiciales, las cuales muy pronto comenzaron a aflorar irregularidades en el proceso, una de las cosas mas sospechosas es que ningún abogado quiso defender a los asesinos, tan solo personas afines a García lo hicieron, después, de que no se les permitía a los acusados ahondar en sus declaraciones así como tampoco se dejo acceder a la prensa para entrevistar a los inculpados una vez desahogadas las declaraciones, que los acusados pidieron el amparo y protección de la justicia federal y que estos mismos denunciarán ser víctimas de tortura para se achacaran el hecho.

“Los ocho individuos que se hallan presos, en relación con el asesinato de Don Ernesto L. Elizondo rindieron ayer su declaración preparatoria ante el Juez Segundo de Primera Instancia, ante quien fueron consignados ayer por el Procurador de Justicia del Estado acusándolos de asociación delictuosa y homicidio. En términos generales debe decirse que todos ellos ratificaron sus declaraciones anteriores, con excepción de Manuel Peña “El Pistos”, quien dijo que las hizo para no seguir siendo golpeado por los agentes investigadores. En Resumen, Federico Amaro y Mónico Guitérrez “El Pato” se declararon culpables de haber disparado sobre Don Ernesto; Antonio García “La Cotorra” confiesa haber servido de “aguador”, Gilberto del Fierro y Santos López insisten en ser inocentes y Gilberto Lerma, Manuel Peña y Dionisio Blanco aceptan haber participado en los preparativos del crimen; pero no haber tomado parte materialmente en el atentado…”

Peor aun, la prensa de Matamoros convoco a un mitín de protesta en la Plaza Principal, pero en la madrugada previa a dicha expresión del pueblo, fue suspendido…porque se corrían rumores de que se habían recibido órdenes de disparar a la población civil y para que no hubiera masacres, la prensa decidió suspender el mitín, le negativa y terca postura de García al mantener en sus puestos en la policía a sus allegados a pesar de que se le exigía su renuncia constituyo el punto de quiebre de su administración, lo cual propició su caída un año después.

Para que el pueblo no sea masacrado no habrá manifestación el domingo. Sábado 7 de junio de 1952.

No habrá pretexto para que se atente contra el pueblo. Se frustra una criminal maniobra de las autoridades.

“Ante la ominosa amenaza de masacrar al pueblo de Matamoros, en la manifestación que para el domingo próximo había organizado la prensa de esta ciudad, los dirigentes de dicho acto acordaron en una sesión urgente celebrada la madrugada de hoy, suspender por completo todos los preparativos realizados con ese fin, pues que se llego al convencimiento de que, de seguirse insistiendo, se daría a las autoridades municipales el pretexto que están buscando para atentar contra quienes asistieron a dicha manifestación.

Los organizadores de la manifestación tenían conocimiento de que el propio Gobernador del Estado y el presidente municipal de Matamoros, habían estado realizando toda clase de gestiones y maniobras para hacer fracasar la manifestación y que inclusive se había llegado a amenazar a los dirigentes de grupos obreros y de otros sectores, con ejercer represalias en su contra, si sus contingentes asistían al multicitado acto.

Elementos ligados con la Presidencia Municipal llegaron inclusive a propagar la versión de que se instalarían ametralladoras en el Palacio Municipal y que se dispararía contra el pueblo con cualquier pretexto. Tales versiones, ciertas o falsas tenían el propósito deliberado de infundir el temor entre la gente, después de haber fracasado las autoridades en su afán de querer dar el acto de protesta contra el pistolerismo y la injusticia que priva en la región, un carácter político que jamás hubiese tenido porque en la organización y en todos los debates del acto de protesta, únicamente y exclusivamente intervendrían periodistas.

Posteriormente los organizadores de la manifestación recibieron informes en el sentido de que elementos extraños a la protesta y que están ligados al Presidencia Municipal para causar desordenes…”

¿Es Gilberto del Fierro solo es un chivo expiatorio? Aumentan las presunciones sobre su inocencia. La acusación del procurador es mucho muy endeble.

“Las posibilidades de que Gilberto del Fierro, acusado por el Procurador de Justicia del Estado como autor intelectual del asesinato de Don Ernesto L. Elizondo, sea solo un chivo expiatorio y que en realidad no haya tenido intervención alguna en el crimen, aumentaron ayer con el anuncio hecho por su abogado defensor, licenciado Carlos González Zamora, de que hoy presentara dos personas que atestiguarán que Del Fierro se hallaba en Reynosa la noche de los hechos y no en la cantina “Río Grande” de esta ciudad, como lo declaró Ricardo Mata, empleado de dicho centro de vicio.

Pizcando. Por P.P. Nador

En el sensacional careo sostenido ayer entre Gilberto Lerma, director del grupo dio muerte a Ernesto L. Elizondo y Gilberto Del Fierro, acusado por el Procurador de Justicia del Estado como único director intelectual del crimen, se dio un nuevo sesgo al interensatísimo caso, al desistirse el primero de sus declaraciones anteriores, que eran la base fundamental para sentenciar a Del Fierro, quien prácticamente con la diligencia de ayer ha asegurado su muy próxima libertad. Al cambiar radicalmente su actitud, Lerma aseguró que si anteriormente había declarado contra Del Fierro lo hizo aconsejado por “terceras personas” y ante la amenaza de ser golpeado y atormentado. La actuación pasiva que en la diligencia en cuestión tuvieron el Juez de la Primera Instancia, Lic. José Hernández Narváez y el Agente del Ministerio Público, Lic. Tomás Marín, dió margen a que no se determinara quiénes son esas terceras personas y porque lo obligaron a inculpar a Del Fierro y con que objeto lo hicieron. Como lo mas probable es que también llegue Lerma a desistirse lo declarado contra el Sub-Comandante de Policía Santos López, estamos ahora mas lejos que nunca de llegar a saber, oficialmente, quiénes son los auténticos directores intelectuales del asesinato, aunque el indice de fuego de la opinión pública sigue señalando a los jefes policíacos inmiscuidos en este caso y los que tras bambalinas los están protegiendo.

A partir de entonces, los periódicos locales comenzaron a escribir abiertamente en el derrocamiento de García, lo que le valió al Gerente de “La Voz de la Frontera” Gustavo Cerrillo que le aplicaran una “Chicana” y fue detenido por la Policía por cargos falsos por los cuales salió libre después, no obstante se recibió una llamada anónima a la Comandancia de que a Cerrillo y a sus colaboradores “les podía pasar algo”, claramente era una amenaza de muerte, el autor intelectual del asesinato no quería que se siguiera insistiendo en el caso, que se ventilara información y menos que se hablará de destituir a García, ahora las amenazas iban dirigidos a la prensa.

El pánico del Alcalde, origen del atentado contra el Señor Cerrillo.

Mediante una vulgar pero bien premeditada chicana, la pandilla de ineptos, logreros, ladrones y gansters que encabeza Juan B. García y que desde el primero de enero pasado se ha apoderado de la autoridad de Matamoros y de sus fuerzas públicas, logró ayer la detención y encarcelamiento del señor Gustavo Cerrillo, Director-Gerente de la Voz de la Frontera y el Sol de Matamoros, los dos diario locales que con una virilidad que ha hecho escuela en el periodismo tamaulipeco, han estado señalado y luchando por la eliminación de lacras de la Administración Municipal de Matamoros, con el natural disgusto y últimamente pánico del señor Alcalde de la Ciudad. En el atentado que nos ocupa y que ayer fue conocido ampliamente y duramente censurado por la opinión pública, al darse a conocer en El Sol de Matamoros anda metida la mano de Abelardo García Gómez, Ex-Inspector de Policía y Tránsito en Reynosa y hermano del Alcalde de Matamoros, quien, como es público y notorio es señalado como dirigente de una banda de ladrones y contrabandistas de automóviles cuyas actividades están siendo investigadas por la Dirección Federal de Seguridad. El mismo sujeto es señalado por algunos sectores tamaulipecos, como el verdadero director intelectual del asesinato de Don Ernesto L. Elizondo.

La aprehensión del señor Cerrillo se llevó a cabo a las 9 horas de ayer, en la puerta de su casa habiéndola ejecutado personalmente el Jefe de las Comisiones de Seguridad, Jorge Guadalupe García, conocido traficante de mariguana y uno de los individuos que se han visto inmiscuidos en el proceso abierto a parte de los asesinos del señor Elizondo. Garza se hizo acompañar por tres desarrapados sujetos que se supone son sus subordinados.

Cerca de la medianoche, el Señor Gustavo Cerrillo fue trasladado a la Guarnición de la Plaza y proseguiría con sus actividades periodísticas tiempo después.

Conforme paso el tiempo, el caso se fue olvidando y como siempre quedo en la impunidad…nunca se supo (y tal vez nunca se sepa con certeza) quienes fueron los verdaderos culpables del asesinato de Ernesto Elizondo, lo que se ha presentado aquí, es lo escrito en fuentes hemerográficas que existen, no obstante también se ha pedido el testimonio de diversas personalidades que aun recuerdan aquellos lejanos acontecimientos, y concuerdan que todo lo expuesto por la “Voz de la Frontera” es verdadero.

Nota del Autor:

Usted, estimado lector tiene la última palabra y habrá de juzgar según las pruebas que se han presentado aquí, recordemos por siempre a Don Ernesto Elizondo como uno de los mejores Presidente Municipales que tuvo Matamoros durante la primera mitad del siglo XX.

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